Un internship en el extranjero, la oportunidad de elevar tu inglés con experiencia profesional
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Buscar una manera de mejorar el inglés que realmente marque la diferencia y en un periodo corto de tiempo puede parecer una tarea imposible. Especialmente cuando, además, buscas empezar a abrirte camino profesionalmente.
Pero lo que sí tenemos claro es que el camino más corto para conseguirlo pasa por vivir un tiempo en el extranjero. La ventaja indudable de costearse unos meses de vida y estudio en otro país es que, sí o sí, tienes la motivación necesaria para aprovechar la experiencia al máximo.
Y en ese afán por sacar el mayor partido posible al tiempo y el dinero, la opción de cursar un programa de idiomas y buscar prácticas internacionales —o Internship— es una de las mejores maneras de conseguirlo. Este tipo de proyectos permiten aprender inglés en un entorno laboral real, ganar experiencia en tu campo y descubrir cómo se trabaja en otros países. Además, al finalizar el periodo de prácticas, obtienes un certificado acreditativo. Es, por tanto, una opción perfecta que combina aprendizaje, crecimiento y una entrada a tu vida profesional.
Qué implica hacer un Internship
Un Internship consiste en realizar prácticas profesionales no remuneradas en una empresa o institución del país donde estudias. Puedes hacerlo durante tu curso de idiomas o al finalizarlo, dependiendo de tu disponibilidad y del destino que elijas.
El objetivo es claro: usar el inglés en contextos reales, aplicando lo aprendido en clase a tareas laborales auténticas. Desde colaborar en proyectos de marketing hasta asistir en la organización de eventos o participar en la atención al público de una galería o museo, el aprendizaje ocurre cada día, de forma natural y continua.
Durante las prácticas pasas a formar parte de un equipo. Te comunicas, propones ideas y resuelves situaciones reales, todo en inglés.
A quién va dirigido
El Internship está pensado para estudiantes mayores de 18 años con nivel mínimo de inglés B2 que buscan compatibilizar sus estudios de idiomas con la parte más práctica del aprendizaje.
En el caso de los cursos de idiomas en el extranjero de EF, la opción de incluir un Internship en la experiencia resulta muy sencillo, ya que los programas están pensados para encajar una jornada en prácticas. Es una actividad que suma conocimiento sobre el mundo laboral y fortalece el perfil profesional con experiencia internacional.
Cómo funciona dentro de los programas EF
En los programas de idiomas en el extranjero de EF, el Internship forma parte del concepto Work & Study, que une aprendizaje y práctica profesional. Es una opción adicional que puedes añadir a programas como el Academic Year Abroad (AYA) o a los cursos intensivos o generales de inglés.
A diferencia del Job Club, que se centra en empleos remunerados a tiempo parcial, el Internship ofrece una inmersión profesional completa, a tiempo completo y más especializada.
EF te acompaña en cada fase del proceso: te orienta sobre los sectores disponibles, revisa tu perfil, te ayuda a redactar el currículum y la carta de motivación y gestiona el contacto con las empresas colaboradoras. Según el destino y el nivel de inglés, las prácticas pueden realizarse durante el curso o al finalizarlo.
Esta combinación de acompañamiento académico y profesional convierte la experiencia en una oportunidad formativa integral.
Dónde puedes hacer tu internship con EF
Si te imaginas aprendiendo inglés mientras adquieres experiencia laboral real, los destinos de internship de EF te ofrecen opciones tan diversas como inspiradoras.
En Dublín, las prácticas se desarrollan en hoteles de 4 y 5 estrellas o en agencias de marketing, finanzas y recursos humanos. Según la duración del programa (de 4 a 12 semanas), tienes opción de hacerlas a tiempo completo y la posibilidad de presentar un proyecto final al equipo académico.
Si prefieres un entorno más lejano y multicultural, Australia combina aprendizaje y trabajo en sectores como hostelería, marketing o medios. Se requiere visado de estudiante o permiso de trabajo y se entrega certificado al finalizar.
En Nueva York, el internship combina clases de desarrollo profesional con experiencia práctica: aprenderás a redactar un currículum y una carta de presentación al estilo americano, preparar entrevistas y aplicar a empleos reales, obteniendo también un certificado oficial.
Por último, en Malta, las prácticas se centran en turismo, hostelería, museos y galerías, con opciones durante o después del curso. Es una experiencia ideal para quienes buscan un entorno más tranquilo y mediterráneo, pero igualmente internacional, con acompañamiento, tutorías y certificación final.
Un periodo de prácticas con fines sociales
EF también incluye la posibilidad de participar en proyectos con impacto social y medioambiental en destinos como Ciudad del Cabo o París. Aquí, la compañía cuenta con distintas opciones y los alumnos y alumnas pueden escoger aquellas que se adaptan mejor a sus valores o intereses. En este caso, las prácticas se realizan entre una y dos veces por semana, y el nivel mínimo de inglés requerido es el B1.1.
En resumen, un Internship te ayuda a perfeccionar tu comunicación profesional y practicar el idioma en el entorno laboral. Esta experiencia también enriquece tu currículum con un valor diferencial, ya que demuestra que has trabajado en otro país, que te desenvuelves con soltura en inglés y que tienes la iniciativa y la madurez necesarias para afrontar nuevos retos.
Y, a nivel personal, un Internship te da una visión más amplia del mundo y de ti misma o mismo. Aprendes a confiar en tus capacidades, a adaptarte y a tomar decisiones por tu cuenta.
Esa mezcla de idioma, experiencia y crecimiento personal es lo que convierte las prácticas en el extranjero en un verdadero impulso para tu futuro.
