¿Tu hijo o hija se va, o está en mitad de un año escolar en el extranjero? Estos son los 6 desafíos con los que puedes ayudarle

La experiencia de salir al extranjero a estudiar un año escolar supone un antes y un después en el núcleo familiar. Los padres se encuentran frente a retos y emociones desconocidas y deben aprender rápidamente a ser el apoyo que sus hijos o hijas necesitan en ese momento tan único y especial. En este proceso, es totalmente normal presentar dudas e inquietudes sobre qué esperar, una vez que su hijo o hija llegue al país de acogida, así como sentir preocupación por su bienestar y adaptación en un entorno completamente nuevo.

Y es que, cuando un niño o una niña llega al país de destino para pasar un año escolar en el extranjero, experimenta una serie de cambios y desafíos que pueden afectar a su bienestar emocional, social y escolar. Estos cambios pueden variar según la edad, su nivel de madurez, su experiencia previa en viajes internacionales y su capacidad para adaptarse a nuevas situaciones.

Desde EF queremos ofrecer una mirada más detallada sobre qué puede ocurrirle a su hijo o hija en este momento crucial:

·       Choque cultural:

El choque cultural es uno de los desafíos más significativos que pueden enfrentar al llegar a un país extranjero. Ese momento inicial puede resultar muy abrumador, debido a las diferencias en el idioma, la comida, las costumbres, las normas sociales y el estilo de vida en general. Este choque inicial puede generar ansiedad, confusión e incluso tristeza.

·       Adaptación lingüística:

Para muchos niños y niñas, especialmente aquellos que no hablan el idioma local con fluidez, la barrera del idioma puede ser un obstáculo importante. La adaptación lingüística puede llevarles tiempo y esfuerzo, y convertirse en una fuente de frustración y estrés. Es fundamental que los estudiantes y las estudiantes reciban apoyo y recursos para mejorar sus habilidades lingüísticas, tanto durante este período de transición como en el año de preparación del viaje.

En este sentido, EF ofrece una amplia preparación el año antes del curso en el extranjero, con cursos de inglés online y presenciales una vez a la semana.

·       Desafíos académicos:

Probablemente se encuentre antes un sistema educativo muy diferente al de su hogar. Esto puede conllevar desafíos académicos, como diferencias en el plan de estudios, métodos educativos diferentes o altas expectativas académicas. Esta adaptación supone un momento especialmente delicado, que puede requerir tiempo y paciencia por parte del estudiante o la estudiante y, por supuesto, de su entorno familiar.

·       Relaciones sociales:

Las relaciones sociales son, sin ninguna duda, la joya de la corona de esta experiencia. Estos vínculos, que nacen desde la sensación de enfrentarse a un entorno completamente desconocido, suponen la llave de entrada a una vivencia única, llena de amistad y complicidad.

Sin embargo, para muchos niños y niñas resulta difícil establecer nuevas relaciones sociales, especialmente en un entorno tan distinto a todo lo que conocen. Es un proceso que lleva tiempo y que requiere de mucha intención por su parte, pero que, una vez logrado, resulta crucial para la integración y la sensación de pertenencia en su nuevo entorno.

·       Estrés emocional:

La experiencia de estar lejos de casa y adaptarse a un nuevo entorno es susceptible de generar estrés en muchas más ocasiones de las que imaginamos. A pesar de su emoción y ganas de vivir este año tan único, es habitual que, en algún momento del camino, experimenten sentimientos de soledad, nostalgia, ansiedad y preocupación. Por ello, es importante que tengan acceso a una sólida red de apoyo emocional, a través de sus familiares y amigos desde casa, así como los de destino, además de consejeros escolares o, en un momento dado, profesionales de la salud mental.

Esta red le proporcionará una gran seguridad frente a estos sentimientos y será una ayuda imprescindible para poder seguir disfrutando del momento.

·       Crecimiento personal:

A pesar de las dificultades que puedan surgir, pasar un año estudiando en el extranjero también ofrece increíbles oportunidades de crecimiento personal y desarrollo. Es el momento perfecto para aprender sobre nuevas culturas, ampliar sus horizontes, desarrollar habilidades de resiliencia y adaptabilidad y ganar una mayor independencia y confianza en sí mismos y en sí mismas.

Para concluir, como hemos podido ver, cuando un niño o una niña llega al país de destino para pasar un año en el extranjero, enfrenta una serie de desafíos emocionales, sociales y académicos. Sin embargo, con el apoyo adecuado de los padres, el colegio y la comunidad, así como una actitud abierta y receptiva por su parte, esta experiencia puede ser increíblemente enriquecedora y transformadora.

Si tu hijo o hija está preparando su año escolar en el extranjero, o se encuentra en mitad de la experiencia, te recordamos algunas cosas que puedes hacer para apoyarle en este emocionante viaje.