Una vez que te pica el bicho de los viajes, no hay escapatoria. Pronto, te encuentras con frecuencia soñando despierto con destinos lejanos, llevando tus cosas en una mochila desgastada y dirigiéndote al aeropuerto más cercano. Y ¿quién puede culparte, teniendo en cuenta las ventajas increíbles de ver el mundo? Desconocidos que se convierten en amigos, comunicarse con lugareños en su idioma nativo, los viajes nos unen a todos.
Estas son 30 señales inequívocas que indican que eres adicto a recorrer este pequeño y loco hogar que llamamos Tierra:
- Deseas hablar con el mundo, por lo que te das cuenta rápidamente de que un idioma no es suficiente.
- Pedir comida y reservar hoteles en varios idiomas es lo tuyo.
- Tus amigos de Facebook/Instagram/Twitter/Snapchat son de todas las partes del mundo (¡y tus publicaciones sobre viajes son lo mejor de lo mejor!)
- ¿Saludar en varios idiomas? ¡No hay problema!
- Conocer otras culturas se ha convertido en tu principal afición.
- De hecho, tu capacidad para charlar podría asombrar a gente de los países más remotos.
- Solo sueñas despierto con lugares que deseas visitar.
- Tu número de pasaporte está grabado en tu memoria.
- En la oficina de inmigración lo pasan mal para encontrar una página en blanco para sellar en tu pasaporte.
- Hacer una maleta te lleva menos de 10 minutos. Nada de perder el tiempo.
- Eres esa persona que siempre está preparada en los controles de seguridad del aeropuerto. Sin cinturón no hay preocupaciones.
- Lo único que se puede encontrar en el armario de tu baño son envases de tamaño de viaje.
- El historial de tu navegador consiste en búsquedas de viajes. (Y vídeos de gatos).
- El jet lag no puede contigo. Lo manejas como un experto.
- Tienes aerolíneas y aeropuertos favoritos.
- Todas las monedas extranjeras imaginables parecen acabar en tu cartera.
- No haces listas de cosas para hacer, haces listas de sitios para ir.
- Deshacer el equipaje no está en tu vocabulario, eres una persona de mochila.
- Dormir no supone un problema para ti, no importa en qué lugar del mundo te hospedes.
- Planeas tu próximo viaje durante tu viaje actual.
- Hay guías de viajes diseminadas por toda tu habitación.
- Las despedidas no se hacen más fáciles, pero ya tienes planes (y fechas) para ir de visita.
- Tienes su asiento favorito en cualquier tipo de transporte.
- «Cuando estuve en… » es una de tus formas favoritas de empezar una frase.
- Sabes si tu equipaje cumplirá con las normas de la compañía aérea antes de pesarlo.
- Cada vez que gastas dinero, calculas automáticamente lo lejos que podrías viajar con esa cantidad.
- Preguntar direcciones a desconocidos forma parte de tu rutina en los viajes.
- Los códigos de aeropuertos como LAX y HND no son un misterio para ti.
- Pasar el tiempo en los aeropuertos es algo que se te da muy bien.
- Cada vez que alguien te habla sobre su último viaje, le interrogas para ver si el lugar es digno de tu lista de sitios a los que viajar.